Hoy, es un día frio. Es verano y hace frio, por algo será. Esta tarde seguro que sale el sol, y pronto volverá a llover, y después otra vez saldrá el sol. Odio la indecisión. Odio mi indecisión.
Soy incapaz de tener las cosas claras alguna vez en mi vida. Envidio a todo aquel que es capaz de pensar con sangre fría y hacer lo que más le conviene. Aquel que no tiene conciencia y por ello vive feliz.
Ojalá pudiera hacer las cosas así, sin ninguna duda, preocupándome al 100% por mí. De mí y de nadie más.
Pero es que esta vez no he podido controlar la situación, esto no lo he provocado yo, pero al cambio depende de mí. Ahora mismo, TODO depende de mí.
Yo no estoy preparada para vivir estas historias de película ¿No veis que soy débil? Esto ya es demasiado, me supera.
+Disculpe ¿Tiene una talla menos? Esta historia me está demasiado grande.
-No, lo siento, es la que le ha tocado, las tallas más pequeñas son para los niños.
+Si yo ya lo dije en su momento, que no quería crecer. Odio las historias para mayores.