Y como no descentrarse de lo supuestamente importante, si no puedo evitar pensar. Y si lo consigo, canciones. Son las que me hacen pensar, reflexionar, recordar, y si, echar de menos.
Ellas son las culpables de todo. De llorar.
Y que bien sentaba escuchar “nosotros somos dos, y ellos tiene celos”, y creerte protagonista de miles de canciones con final feliz, que bien sentaba.
Ellas son las culpables de todo. De llorar.
Y que bien sentaba escuchar “nosotros somos dos, y ellos tiene celos”, y creerte protagonista de miles de canciones con final feliz, que bien sentaba.
Para después, dejarlo todo. Ponerlo en venta…. “Si tu magia ya no me hace efecto, como voy a continuar, si me sueltas entre tanto viento, como voy a continuar” Y verte encerrada, después, en querer volver y no poder, en un echar de menos, en un echar en falta. Y enchufar los auriculares a ti mismo y escuchar. Peor, escucharte… “Por que tenia pa los dos una madriguera”… Y aún así… “Los dos pasamos hambre de comernos todas las tardes”. Los dos, dice la canción. Pero solo dice la canción.
Supongo que después irá un “Hoy vas a mirar pa´ lante”.
Supongo…, y espero.
Supongo…, y espero.
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